¿Qué es la sensibilidad al contraste?
Cuando una persona es capaz de ver detalles a larga distancia o de leer letra muy pequeña, decimos que tiene buena vista. También en las revisiones oftalmológicas y ópticas se nos pide habitualmente distinguir letras o símbolos cada vez de menor tamaño. Esta capacidad se llama agudeza visual y es la más usada para evaluar cómo vemos.
Sin embargo, no es la única. La sensibilidad al contraste es la habilidad para distinguir formas con una luminosidad parecida a la del fondo donde se encuentran, es decir, con poco contraste. Algunos ejemplos: el borde de un escalón de color negro es difícil de distinguir si todo el entorno es de ese color, en un día de niebla es complicado orientarse en el campo porque no hay contrastes, la normativa de tráfico obliga a que las letras de las matrículas sean de un color intenso respecto al fondo (tengan mucho contraste) para que sean visibles. En todos estos ejemplos el sistema visual tiene que manejar el contraste, independientemente del tamaño de los estímulos.
Hay problemas en la vista que afectan especialmente a la sensibilidad al contraste, en mayor medida o antes que a la agudeza visual. Esto puede ocurrir en algunos tipos de catarata, enfermedades del nervio óptico o de la retina. Por todo ello es conveniente explorar la sensibilidad al contraste junto a la agudeza visual para saber de un modo más preciso cómo es la visión de la persona.
Los métodos de valoración de la sensibilidad al contraste no se suelen encontrar en las consultas de oftalmología. Algunos son dispositivos caros, y otros van perdiendo intensidad y no sirven para su función al cabo de un tiempo. Además, requieren cierto grado de comprensión o comunicación que no todos los pacientes alcanzan. Los niños muy pequeños o los pacientes con discapacidades neurológicas no suelen ser capaces de realizar los test para sensibilidad al contraste más difundidos.
DIVE incluye un test de sensibilidad al contraste que puede ser realizado por niños a partir de los seis meses. Aparecen en la pantalla círculos con rayas blancas y negras que se van volviendo grises, con un contraste cada vez menor a medida que el paciente las va detectando en la pantalla. Al ver un patrón rayado, dirigimos la mirada hacia allí de un modo natural, incluso los niños más pequeños lo hacen. Así, para “contestar” al test solo se requiere dirigir la mirada hacia el círculo con rayas, al cual solo miraremos si somos capaces de notar esa diferencia de contraste.
El test de sensibilidad al contraste de DIVE es un método fácil y rápido, que puede ser utilizado en todo tipo de pacientes, ofreciendo una valoración más completa del sistema visual.